En los últimos años el término productividad ha tomado fuerza para el análisis económico entendiendo el concepto como una simple ecuación de “hacer mas con menos recursos”, acepción que encierra un sinfín de variables de cualquier índole. Y es que los economistas le dan mas importancia cada vez al estudio de la productividad dado la relación que se ha encontrado entre la misma y el desarrollo económico de los países.

Si nos remontamos a la historia, podemos observar claros ejemplos sobre como la productividad ha permitido crear las condiciones para el desarrollo económico en diferentes países y en diferentes contextos, como fue el caso de Inglaterra y la revolución industrial o la innovación que ha permitido a Corea del Sur incrementar su potencial económico en la última década.

No obstante, en nuestro país la productividad sigue sin dar el salto que estamos esperando y en esa búsqueda hemos podido constatar que el mexicano promedio no es productivo por una cuestión cultural sino por otros factores que aún son desconocidos para las políticas económicas del país. Esto lo respalda el hecho de que un mexicano promedio trabaja al año alrededor de 2,226 horas mientras que trabajadores de países de la OCDE laboran 1,765 horas anuales de acuerdo al IMCO, mientras que el mexicano obtiene 12,850 dólares al año, en otros países del estudio el ingreso alcanza casi 24mil dólares al año.

Tales hechos son los que apuntan a una mayor ponderación en el análisis de la productividad del país y de las empresas, anteponiendo que mas horas de trabajo no implican mayor producción y por lo tanto mayor desarrollo. Si bien el presente articulo no trata de realizar un estudio sobre el concepto de productividad, si considera pertinente identificar o sugerir cuando menos los aspectos básicos para el incremento de la productividad.

El incremento en productividad como causa del desarrollo económico

El desarrollo económico implica un efecto positivo en el bienestar de la sociedad incrementando su poder adquisitivo y la capacidad de consumo de las familias de forma sustentable y responsable. Desde esta perspectiva el desarrollo económico es un factor importante de la calidad de vida de los individuos y por ende, el énfasis en el análisis de la productividad. El análisis de los últimos 20 años muestra que México ha sido incapaz de crecer en este sentido e inclusive ha tenido un retraso en la productividad del 0.6% de acuerdo a cifras de la SHCP. Cabe recalcar que dicho análisis abarca todos los sectores económicos del país por lo que las cifras conciernen a cada empresa y sus colaboradores. En este contexto, podemos identificar 3 factores esenciales para impulsar la productividad desde dentro de la empresa:

Talento humano: El primer componente para el incremento en la productividad está a cargo de la mano de obra. La capacitación y especialización del personal tiene un impacto en la productividad de forma considerable por lo que es importante no escatimar en tales inversiones. Asimismo, la relación de la empresa con las instituciones de educación superior debe ser dinámica y fluida de forma que la academia sea un eslabón fundamental en la cadena de aprendizaje de la empresa.

La innovación y el valor agregado: La reingeniería constante de los procesos es fundamental para obtener mejores resultados. La productividad se basa en la explotación y maximización de los recursos, por lo que siempre se deben buscar mejores formas de hacer las cosas impactando ya sea los beneficios obtenidos, los recursos empleados o cualquiera de los dos.

Inversiones de capital: La infraestructura juega un papel básico en la producción. Sin embargo las inversiones deben ser estratégicas para que no se conviertan en gastos para la empresa. En muchas ocasiones la adquisición de activos no lleva a cabo un proceso de planificación adecuado. Una inversión debe generar retorno, de lo contrario no es inversión. En este apartado es importante identificar y establecer indicadores de productividad por área de negocio, departamento o incluso por línea de producción, ello con el fin de evaluar el grado de productividad esperado de la inversión a realizar.

Es recomendable poner atención a dichos factores con el fin de concientizar a los directivos sobre la utilización de los recursos empresariales recordando la relación entre desarrollo y productividad la cual es aplicable a su ámbito profesional.